"Nico" saluda a De Lucca, DT de UAI Urquiza, cuando éste se iba expulsado.
Afónico estaba Walter Otta. Los nervios del partido ante UAI Urquiza y algún problemita de salud que viene soportando y lo tiene tomando antibióticos así lo dejaron: afónico. Pero feliz, claro está. Es que la victoria lograda por Villa Dálmine ayer fue un paso clave en su lucha por lograr el ascenso directo a la Primera B Metropolitana: el Violeta bajó al líder y se subió a lo más alto del campeonato.
“Era una final y la jugamos como tal. Lo más importante era ganar y se ganó”, aseguró el DT ya en pleno mediodía de domingo. “Fuimos superiores a lo largo de los 90 minutos, lo ganamos bien. Pero fue un partido duro, ante un gran equipo”, agregó “Nico”.
El entrenador Violeta destacó que el equipo haya logrado terminar nuevamente con el arco en cero, como ante Alem. “Sobre todo por Agustín Gómez, que había sido criticado en la derrota ante El Porvenir y hoy demostró que es un arquero de una gran categoría”, explicó. No exageraba: el 1 de Villa Dálmine volvió a mostrarse muy seguro, sobre todo en el juego aéreo, como en General Rodríguez.
“Nico” también despachó elogios para Renso Pérez, autor del tanto de la victoria, al igual que el partido pasado ante Alem: “Le queda chica la categoría. Cuando decidimos traerlo, estábamos seguros que nos iba a responder. Lo conozco de chiquito, de cuando debutó. Ya por entonces le veía cosas diferentes y se notaba que era un profesional como pocos. Donde lo ponés rinde y hoy lo volvió a demostrar”.
La alegría por el triunfo durará. Pero no mucho: el fútbol es una rueda que gira y gira y gira. Y de una gran alegría como la obtenida ante UAI Urquiza se pasa rápidamente a un nuevo desafío. En este caso, para Villa Dálmine, ese nuevo desafío se llama Deportivo Español, el rival de la 33ª fecha. “Quedan seis finales y todas van a ser durísimas como la de hoy”, explicó un afónico Otta. A su garganta, entonces, no le quedara más remedio que resignarse.
