Ayer por la tarde, tras la victoria 1-0 sobre Laferrere, los simpatizantes de Villa Dálmine llevaron su alegría y su ilusión desde el estadio de Mitre y Puccini hasta el centro. Bombos, bocinas y banderas ganaron la escena.
Tras el triunfo sobre Laferrere, los hinchas se hicieron sentir en las calles.
Bombos, banderas y ¡hasta pelucas! Violetas coparon el centro de la ciudad.
La caravana partió desde Mitre y Puccini y llegó hasta el centro de la ciudad.
"Con los bombos y las banderas, al centro voy igual...".
Sin diferencias de género o de edad: todos se sumaron al festejo Violeta.
La escalinata de la plaza Eduardo Costa fue el punto de encuentro.
“Campana es una fiesta, cuando juega el Violeta…”, se escucha en uno de los hits de estos días en Mitre y Puccini. Y no se equivoca la letra de esta canción que la hinchada de Villa Dálmine ha transformado en un “éxito” esta temporada. Sí: Campana es una fiesta, cuando juega, y sobre todo cuando gana, el Violeta. Bastaba ayer darse una vuelta por el centro de la ciudad para comprobarlo, tras el 1-0 sobre el Deportivo Laferrere.
Porque, como ya es habitual, desde el estadio de Mitre y Puccini partió una caravana de autos y motos, a puro bocinazo, a puro cántico, que inundó de Violeta la avenida. Y todo llegó a la Plaza Eduardo Costa, donde también aparecieron los bombos y las banderas. Y entonces, los simpatizantes le dieron rienda suelta a esta alegría que están viviendo.
Sí, el pueblo Violeta volvió a mostrar la ilusión que este equipo ha generado. El ansiado ascenso a la Primera B Metropolitana parece más cerca que nunca. Villa Dálmine es puntero con 61 unidades, una más que UAI Urquiza. Ambos equipos lucharán por el título cuando sólo restan cuatro fechas. Y ahí en esa lucha, junto al conjunto de Walter Otta, no sólo está el pueblo Violeta, sino también toda una ciudad que espera ver nuevamente a Villa Dálmine en la “B”.
Que sea…
